jueves, 25 de diciembre de 2008

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Hola!
Feliz Navidad a Todos!!
Este tiempo ha sido un poco extraño, y difícil... sigo sin poder centrarme en mis estudios... me da pánico ser una mala médico...; mi ángel está otra vez conmigo, y los días se me hacen inmensamente aburridos... Odio aburrirme, y perder el tiempo. Siento que no puedo salir de esta situación, y lo peor es que sé que es mentira... podría volver a hacer piragüismo, podría apuntarme a un grupo de teatro, podría volver a escribir, salir a recorrer la ciudad, hacer pequeños viajes, sacar sobresalientes... podría volver a hacer cualquiera de esas cosas en cualquier momento, pero la verdad es que me da pánico. A veces pongo otras excusas, pero no son más que eso... tengo miedo. Tengo miedo de intentar hacer ago que antes me hacía feliz y ya no saber, tengo miedo de sacar mi arco y no saber ni encajar las flechas, tengo miedo de no acordarme de las reglas de baloncesto, tengo miedo de estudiar con todas mis fuerzas el examen de bioquímica, y sacar un dos... Mientras sé que no lo estoy intentando, no puedo fracasar. Tampoco tengo éxito, tampoco consigo nada, pero entendédme, sería mucho, muchísimo peor intentarlo al máximo de mis posibilidades y descubrir que ese máximo es horriblemente pequeño, mediocre, fracasado... sería mucho peor intentarlo de corazón y no obtener resultados, hacerlo y no sentir la misma satisfacción que antes. Mientras me excuse en que no lo estaba intentando, los fracasos no serán tan horriblemente dolorosos, y seguiré pudiendo soportarlos. Cada vez más me rodeo de gente que me conoce desde hace menos de 3 años, y esa gente directamente cree que soy la persona desequilibrada, llorona, mediocre, que suspende, indisciplinada, en baja forma, fea, tímida, tonta... para ellos no existe la yo de verdad. Y no sé si quiero enseñársela. Ahora no puedo soportar el fracaso. No podría. Mª Antonia cree que he sido así siempre, cree que soy caprichosa, taciturna, amargada, melancólica, asustadiza, gritona y exigente. No quiero que mi vida sea así para siempre. No quiero que esta tristeza pequeñita pequeñita que tengo en el corazón todo el rato se vaya haciendo más grande y vaya acabando con mis sueños sin que me de cuenta.

No quiero.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Nit del Foc (II)

Puse el chip de esclava. Lo hago a menudo, cada día mucho menos que el anterior pero aún me pasa. Y esa noche lo hice. Tenía miedo, miedo de quedarme sola, miedo de que se lo dijera a mi madre, miedo de que él me pegara… Y él lo notó. Creo que en ese momento, supo cómo me haría pagar todo lo que le estaba pasando. Fuimos a casa, y yo ya no tenía un dueño, sino dos. Empecé a comportarme como su esclava. Durante el camino yo solo contestaba, mirando al suelo, lo que ellos querían oír. Así fuera insultos contra mí misma. Él estaba muy nervioso, casi le pilla un coche 2 veces. Ella estaba muy preocupada por él, y me dijo que lo dejáramos en “neutral”, que de ser mi mejor amiga, pasábamos a eso. Era un gran esfuerzo teniendo en cuenta que yo me acababa de acostar con su novio. Llegamos a mi casa, y cenamos con mi madre. Siendo los tres buenísimos actores, apenas se noto. Y de repente logré sentir algo. Los vi besándose en el pasillo de MÍ casa, y me enfurecí. ¿Es que él nunca iba a tener las más mínima consideración conmigo? Parecía que ella había empezado ya a perdonarle. Él aprovechó ese acercamiento para estar cariñoso, dulce y dócil, pegado a ella todo el tiempo. Mi madre notó algo raro, pero no dijo nada. Quería que me dijera que me quedase en casa. No quería salir con ellos. Sólo quería dormir…
Era la última noche que él pasaba en valencia, la Nit del Foc, la noche anterior a la Cremá, la del castillo más largo y espectacular. Nos fuimos a verlo, y vinieron mi hermano mayor y mi tía. Al salir de casa, ya fue una cosa exagerada. Llovía, y él me quitó mi paraguas (el único que había) y la abrazó para cubrirla con él y protegerla de la lluvia. No paraba de abrazarla, mimarla y acariciarla. Delante de mi familia, para los que yo estaba quedando como una cornuda consentida. Que, por otra parte, supongo que es lo que era. Le dije a él que se cortara un poco, que me iba a crear muchos problemas. Me miró como siempre, fijamente, y como si fuera un ser q no mereciera nada y me dijo que no le importaba, que a él sólo le importaba Clara, que yo era muy buena mentirosa, que me inventara algo para explicárselo, que ella estaba mal y necesitaba apoyo, o algo así. Estaba desesperada. Él me estaba despreciando delante de todo el mundo. Se notaba en sus gestos, en su manera de mirarme, de apartarme de él, aunque no escucharan lo que decía, la situación era muy incómoda. Intenté q nos separáramos. Intenté que mi familia se fuera por un lado, y yo con ellos, pero él me lo impidió. Finalmente mi hermano se dio cuenta de que por alguna razón, yo no quería que vinieran con nosotros, y se fue con mi tía. Fue un pequeño alivio, pero aún me quedaba una bonita noche de humillaciones, de poner la mente en blanco para poder seguir adelante. Ella quería que me fuera, lo sé, y habría sido lo más adecuado. Pero él no me dejó. Quería que fuese su sirvienta, la de los dos, toda la noche. Quería mostrarle a ella cuál era la diferencia entre ella y yo, quería demostrarle que a ella la amaba, mientras que a mí me despreciaba. Quería rebajarme para que ella se sintiera mejor y comprobara que yo no significaba nada para él. Quería enseñarle que para él yo no era más que una mascota, que no tenía que preocuparse, pues yo, comprada con ella, no merecía siquiera ser llamada mujer. Clara, como mujer, se había sentido traicionada, y muy herida esa noche. Necesitaba no sentir que su amor propio se veía afectado, y aún estaba en shock, así que supongo que por eso lo permitió. Fui su sierva esa noche. Fuimos hasta facultats, al lado de la preciosa Facultad de Medicina, mi sueño… fuimos a ver el castillo más bonito… y yo quería morirme. Quería irme a casa, llamar a algún amigo y llorar toda la noche, en mi cama, en mi casa…
No quiero contar lo que pasó después. No puedo. Al final de la noche, me dejaron en una parada de autobús nocturno, sin corazón, sin alma, sin poder casi andar, sucia y atemorizada. Esa noche casi llegó a convencerme de que era un animal. Pero me lo había ganado yo. Me lo merecía. “No puedes jugar con tu dueño, puta”… No puedo olvidar ese susurro. Yo no había intentado jugar con nada, pero tenía razón. Me fui a casa e intenté no pensar. A la mañana siguiente él se marchaba a Madrid. Fui a la estación de autobuses. Vi cómo se besaban para despedirse. A mí ni me miró. Me quedé apartada, con las que serían mis mejores aliadas durante años: Mis gafas de sol. Durante mucho tiempo nadie pudo ver mis ojos. Ni en sitios cerrados. Pero esa es otra larga historia. Era el último día de las fallas. Me fui a casa, me di una ducha y me fui a la playa. Las playas de Valencia y Alicante siempre me recuerdan a Iván y a Daniel (aunque no sepáis quiénes son), me ponen triste, pero me hacen volver a ser yo misma. Sentirme querida y protegida. Mi familia me dijo que tenía una cara horrible, que qué me pasaba. Me volví a vestir toda de negro, para su preocupación, y quedé de nuevo con Clara. Estuvimos el resto del día juntas. Me miraba, me preguntaba… estaba destrozada, y yo era su mejor amiga, así que, aunque fuera retorcido, yo la consolé. Contesté a todas sus preguntas, la abracé, pasé tiempo con ella. Me dijo que me utilizaba para no estar furiosa mientras estaba conmigo. Se vistió de fallera. Estaba preciosa, parecía una princesa, una de esas embargadas constantemente por una tristeza infinita. Era superior a mí. Ella lo sabía, y yo también. Y la quería tanto… Después del desfile y las flores, se volvió a vestir de gótica, y nos fuimos a buscar alguna cremá donde pasar desapercibidas. La Cremá es la última noche de las fallas, es cuando todo se quema, literalmente, y con ello se supone que todo queda atrás y empiezas de nuevo. Tenía tantas ganas de quemarme con la falla de Alemania- El Bachiller… Mientras la falla ardía empecé a recordar el último año de mi vida. El fracaso en los estudios, mi llanto durante mi “primera vez”, la patada de mis amigas, todas las violaciones, la huida a valencia, las pastillas del día después, el probador de El Corte Inglés, la desconfianza de mis padres, el desprecio en sus ojos, las tortas, las veces que él, yo, o sus amigos me habíamos llamado puta, inútil, zorra, esclava, perra… todas las miradas, las piernas temblando todos los días, la sangre, el collar de perro , las acusaciones de drogas, los abrazos de judas, la soledad, el miedo, los llantos, los gritos, lo torpe que era, las mentiras, los tirones de pelo, sirvienta, “no vas a llegar nunca a nada, no ves que sólo eres una zorra a la que le gusta que la azoten?”, las amenzas, las humillaciones “dí que eres una perra buscona y suplícame que te de por detrás, o me iré” Los desmayos, el hambre, los hospitales, la incomprensión, mi amor, mi entrega, mi corazón, los cortes de los brazos, mirar al suelo, gorda, puta, inútil, valer menos que las demás, las esperas, las llamadas, ser la última, sufrir, llorar, suplicar, arrastrarme, los golpes, los escupitajos…. No podía parar, estallé, empecé a gritar y a llorar. Clara me abrazó. Acabamos las dos en el suelo, llorando mientras se quemaba la obra de los de la falla. Terminaba la fiesta, terminaban mis sueños, terminaban mis fuerzas, terminaba mi vida… Estuve llorando muchas, muchísimas horas, hasta q la falla (de más de 20 metros de altura) quedó reducida a cenizas. Lloré hasta que se hubo ido todo el mundo. Lloré hasta que hacía demasiado frío como para poder seguir pensando en otra cosa que no fuera ir a casa. Clara temblaba. Todo el mundo sabe que los looks góticos no son famosos por su pragmatismo. Y se estaba helando, se estaba helando tanto que le dolían las piernas y los brazos, no sentía los dedos de las manos ni la nariz, y no paraba de temblar. Me pidió que fuéramos a casa. Ella nunca me había visto así. Nos fuimos a buscar una cafetería, pero era muy muy tarde, así que fuimos a casa. Yo estaba agotada. Al apretarme, me había hecho daño en los brazos, y quiso saber por qué, me quitó la ropa y vio los cortes, parecían más graves de lo que eran porque estaban cicatrizando exageradamente y estaban irritados del frío y de los abrazos fuertes. Me untó terramicina. Fue un alivio, llevaban doliendo todo el tiempo, pero eso me ayudaba a mantenerme relativamente serena. Clara creía que yo me drogaba. Él se lo había dicho. Me senté en el suelo de su habitación. Me dolía el estómago indescriptiblemente. Ella al día siguiente tenía clase en la facultad. Yo al día siguiente tenía pensado no despertar. Me pidió un taxi, que tardó cerca de una hora en venir (la hora, las fallas…) le dio dinero y le dijo que me llevara a casa. Yo me asusté. Empecé a pensar en qué pasaría si el taxista se daba cuenta de que yo era una perra. Me echaría del taxi? Me patearía? Volví a temblar y vomité del miedo. Él pensó que estaba enferma y me preguntó si quería ir al hospital. Me hizo muchas preguntas, pero sólo acerté a decir “Quiero ir a casa”. Supongo que entonces pensó que estaba borracha, o drogada. Y me llevó a casa. Subí a mi habitación, apagué el móvil, me desnudé, puse la calefacción a tope, me puse una de las mordazas que él me había regalado (sabía que tendría pesadillas, y que gritaría durante ellas, y no quería que me oyesen) me envolví en el edredón nórdico, puse algo de música bajita, y me dormí. Dormí 27 horas. Nadie entró a ver qué me pasaba. Y fue mejor así.

martes, 16 de septiembre de 2008

Nit del Foc (I)

Yo le pedí que no lo hiciera. Eran las fallas, en Valencia. Él había bajado desde Madrid para pasar esas fiestas con nosotras. Con Clara, y conmigo. Oficialmente, como siempre, ella era la novia y yo la amiga. Era incómodo, pero aunque no lo parezca, tampoco era tan grave… podía desconectar fácilmente con un libro, o el mp4, mirando las fallas o los castillos, cerrando fuertemente los ojos para sentir la mascletá, para desear que algo me sacase de allí… mientras sentía sus manos en cualquier parte de mi cuerpo. Aprovechaba cualquier segundo en que ella no mirase para recordarme que yo era suya también. Y fui tan estúpida como para seguirle el juego. Cada vez que ella se daba la vuelta, se distraía o se iba, yo intentaba obtener de él un beso, una mirada, una caricia… y esa fue mi perdición. Habíamos estado todo el día jugando con fuego. Yo sabía que una de las poquísimas cosas que yo podía ofrecerle para que me mirase siquiera era que nunca decía que no. Conmigo podía cumplir cualquiera de sus fantasías, en cualquier momento y en cualquier lugar. En aquel restaurante, cuando Clara se fue al servicio, aproveché mis únicas armas e intenté excitarle. Sé que no hay ninguna justificación válida… pero yo quería que me prestara atención. Minutos antes, al otro lado de la misma mesa del reservado, él la había masturbado delante de mí, aunque ella estuviera tan obnubilada como para no darse cuenta de que yo estaba mirando, porque él me lo había ordenado. Yo sólo quería que me tocara a mí también. Estaba nublado, uno de esos días en que hace calor y se nota la fuerza del sol, pero todo el cielo está cubierto por nubes grises que no dejan pasar más que una frustrante luminosidad incómoda, que parece no venir a cuento. Odio esos días. Me ponen de mal humor, y pienso siempre que algo va a salir mal. Y se lo dije a Clara. Para ella, y más a partir de aquel día, yo siempre fui una persona inestable, incómoda. Me quería mucho, pero estaba segura de que yo era una desequilibrada irresponsable, y por tanto, peligrosa. Creía que estaba obsesionada con SU novio, y que era bastante puta, por lo que él y yo misma le contábamos sobre mí. Todo esto me hacía una bomba de relojería para ella, así que cuando yo decía que algo saldría mal, o que tenía miedo de algo, era ella la que empezaba a temer qué excentricidad se me ocurriría llevar a cabo esta vez. Así que decidió que nos iríamos a su casa, supongo que quería irse sólo con él. Lo que no sabía era que yo no tenía permitido marcharme. Así que nos fuimos a su casa. Lo manotazos de él se volvieron mucho menos sutiles durante el camino, y supe que estaba caliente. Tuve miedo porque sabía que si se daba la oportunidad, sería especialmente violento conmigo esta vez. Llegamos a su casa y él siguió metiéndole mano a ella de una forma mucho más obvia, pero menos agresiva que a mí. Y ella se levantó, salió de la habitación. Me entró el pánico. Yo la quería, la quería muchísimo. Él me preguntó dónde había ido, y le mentí, le dije que había bajado a la calle a por algo. Por eso, él siempre dijo que yo lo hice aposta, para que rompiera y él se quedara conmigo, pero no fue por eso. Sólo veía una opción. Necesitaba un abrazo de alguien, y sabía que él sólo me lo daría si podía follarme, y que sólo me follaría si creyese que no le crearía ningún problema con ella. Necesitaba que me tocara, que me acariciara… necesitaba dejar de sentirme como si no existiera. Y había otra cosa. Durante mucho tiempo no la quise reconocer, pero esperaba que alguien me rescatase, sé que era muy cruel, egoísta y absurdo, pero pensé que si ella nos pillaba, acabaría esa farsa por fin. No me interesaba especialmente que ellos rompieran, aunque no quería que él le hiciera daño. Lo que yo quería era poder decirle toda la verdad a ella, poder llorar en sus brazos, y poder alejarme de él. No podía imaginarme lo que pasaría. Si me hubiera parado a pensarlo lo habría sabido, pues era lo mimo que yo habría hecho en su lugar. Clara entró en el baño de su habitación, mientras él me penetraba por detrás. Su “Qué estáis haciendo?” me produjo un pánico enorme. Me abracé a él, y él me soltó, me empujó, y me miró como si fuera el ser más repugnante del universo, y corrió junto a ella, a la puerta. Ella actuó con rapidez. Cerró la puerta que unía sus habitaciones con la de su madre, puso música para que no nos escuchara, le dijo a él que se marchara a la otra habitación y a mí que no saliera del baño. Se quedó mirándome un momento. Supongo q trataba de imaginarse qué pasaba por mi cabeza. Yo no me movía. Estaba semidesnuda en el suelo del baño, en un rincón, y miraba al vacío, temblaba, pero no tenía miedo. No sentía nada. Empecé a llorar, pero no sabía por qué, no entendía por qué tenía las mejillas mojadas y veía borroso si yo no sentía nada. Ella se marchó a hablar con él. No creo que tardara mucho, pero yo no podía saberlo. Me puse a observar el baño, era precioso, con su mármol rosa y su bañera de hidromasaje… había un armarito también rosa, lo abrí. Dentro estaban los útiles de aseo, o muchos de ellos, y encontré unas tijeras. Despacio, firmemente, y con paciencia empecé a dibujar líneas paralelas en mis brazos, a lo largo, las hacía más gruesas, más finas, más largas, o más cortas, más profundas o más superficiales, quería que estuvieran unas al lado de otras, pero que fueran diferentes. Cuando la oí entrar en la habitación, guardé las tijeras donde estaban. Los cortes no era demasiado profundos así que no sangraban lo suficiente como para que ella les prestara atención. Empezaron a doler intensa pero quedamente, y me sentí mejor. Seguía llorando. Ella se sentó junto a mí, me miró y me preguntó varias cosas que supongo ya rondaban su cabeza antes de que esto ocurriera.

- Cómo estás?
- Bien….
- Ya. Qué ha pasado?
- Lo siento…
- Sí, eso ya lo sé. Ha sido sólo ésta vez?

(Ése era el momento clave, habría bastado decir No para acabar con al menos parte de esta farsa, deseaba decir que no, gritar que no, debería haber dicho: “NO, no, no, no, llevamos 1 año juntos, me viola, me insulta y me humilla cada vez que hago algo mal, y siempre hago cosas mal, todo es mentira, todo lo que te dice, y todo lo que digo yo. Te ha engañado desde el primer día.” Pero no pude.)

- Sí, sólo esta vez, no sé cómo ha podido pasar, no ha sido culpa suya, he sido yo.
- Sí, ya me lo ha dicho él.

Bingo. Lo sabía. La clave había sido separarnos, ella había pensado que era la mejor forma de sacarnos la verdad, pero para mí era otra manera de manipularme. Yo ya había aprendido entonces a temer lo que él me diría sobre mis actos incluso cuando no estaba presente. Yo sabía que él le habría dicho que yo me le había tirado encima, que le había puesto caliente y que él había perdido la cabeza. Que no me quería, que no le gustaba, que me odiaba, que era una desequilibrada, que me echaran de sus vidas para siempre y todo saldría bien. Lo que yo no podía saber es si él le habría dicho que yo le había intentado seducir siempre o algo así. Si yo le decía la verdad ahora, cabía la posibilidad de que él la hubiese preparado para ello, cabía la posibilidad de perderlos de verdad a los dos, de que ella no me creyese, o de que si me creía, él me destrozase. No quería hacerle daño a ninguno de los dos, sabía que lo que estaba pasando era culpa mía. Y me daba pánico su reacción. Así que tome una decisión rápida y fatal.

“- Sí, sólo esta vez, no sé cómo ha podido pasar, no ha sido culpa suya, he sido yo.”


- Sabía que dependías demasiado de él.
- Lo siento
- Deja de decir eso. Cómo ha pasado?
- He sido yo.
- Sí, eso ya lo sé, pero qué le has hecho?
- Ha sido muy raro, se me ha ido la cabeza, me sentía muy mal y…
- Por qué, María, por qué a mí?
- No, nada de esto es por ti, lo siento, es culpa mía, todo es culpa mía, contamino todo lo que toco, lo he estropeado todo, todo, todo. Lo siento, lo siento. Perdóname, por favor, yo no quería hacerte daño, no quería traicionarte, no quiero perderte…
- No digas eso ahora.
- Lo siento… cómo está él?
- Mal. Se ha venido abajo. Nunca le he visto tan destrozado. Se ha hecho heridas en las manos, no hace más que llorar y pedir perdón. Estoy agotada, María. Esto no puede estar pasando.

Eso era comprensible, ella estaba como ausente, todavía no había llegado a la realidad, no había acusado el golpe. En cuanto a él, su equilibrio mental obviamente no era el óptimo, así que supongo que también cayó bajo la presión, por otra parte, yo sabía que él ya había jugado su carta en todo esto, ya había hecho su personaje de la partida, e incluso el mío. La única variable era Clara. Teníamos que irnos, habíamos quedado a cenar en casa de mi madre. Clara sabía que para ella, Él era mi novio. Le habíamos dicho que era porque si no, al estar yo tan mal de la cabeza no me dejaba salir, ni viajar, ni nada. Como delante de mi madre no nos besábamos, ni dormíamos en su casa ni nada parecido, en principio no había problema. Clara no es de esas personas histéricas que hacen un millón de cosas irracionales que más tarde no se pueden remediar, porque se han encontrado con algo que no esperaban. Ella sabía los enormes problemas que podía provocarme si no íbamos a casa de mi madre, así que decidió que iríamos.

viernes, 5 de septiembre de 2008

A veces me siento rara, vacía... como si quisiera gritar y no pudiera, o no quisiera en el fondo... no sé cómo explicarlo. A veces siento que necesito que alguien me arrastre a una catársis, me siento como anestesiada, pero sabiendo que alguien con buen hacer podría provocar la explosión en cualquier momento. Es como si periódicamente necesitara ese estallido emocional. Y hoy es una de esas noches. No sé por qué ocurre. Siento, de rrepente, que hay demasiada y demasiada poca gente a mi alrededor. Siento que necesito contar algo, llorar algo, descargar, gritar o romper algo, pero con la persona adecuada. Soy un ser social y asocial al mismo tiempo. No me gusta la gente, la gente en general. Me desagrada. Me suelen parecer mediocres (claro, la mayoría es mediocre, si no, no sería la mayoría; y tampoco habría excepciones, ni gente que me gustase.) o vacíos, o sosos, o ignorantes, o cobardes, o de visión limitada, o todo al mismo tiempo. Algunas veces al año me da la sociopatía, de modo que no soporto a gente que no conozco a mi alrededor. Por otra parte, mi "poder" es débil, porque depende de la gente que sí conozco. Yo, aunque nunca se lo admitiría a ellos, dependo de esa gente que sí pueden considerarse amigos. Todo lo que yo sé, conozco, y puedo hacer o resolver, depende de la gente que yo he ido poniendo en puntos estratégicos de mi vida y de este país a lo largo de los últimos 7 años. Puede sonar exagerado, loco, irracional, o algún otro adjetivo similar; sobre todo teniendo en cuenta la situación a la que llegué y que dio origen a este blog. Por eso fue más humillante aún. Para mí. Yo sabía que estaba consintiendo directa e indirectamente todo eso, porque podría haber pedido que me protegieran. Yo sabía que podía hacer una llamada y decir, simplemente "Sácame de aquí", como hice meses más tarde. De hecho, no sólo no hice nada: hice la llamada contraria, varias veces. No le hagas nada, no le digas nada, no vengas, no me llames, no me digas nada, no hagas nada, no se lo digas a nadie, no me saques de aquí... "Estoy bien". Aparte de cuidarme mucho de que, aquellos que de verdad siguen adelante para sacarte de una mala situación digas lo que digas tú, no tuvieran ni el más mínimo indicio de lo que estaba pasando. Pero la gente que me rodea suele confiar en mí ciegamente. Y eso jugó en mi contra. Aparte de los amigos superficiales, que me dieron la espalda, estaban los que me hacían caso casi a ciegas, por lo tanto, si yo les decía, pedía o requería que no hicieran nada, que no lo estropearan, que no se lo dijeran a nadie, o que no era lo que parecía, ellos me creían. estaban allí siempre, por si les necesitaba, pero no intervenían, porque así se lo había pedido yo. En cuanto a los amigos de verdad, los de mayor confianza, yo les alejé de mí para que no vieran nada, para que no pudieran hacer nada por no saber nada, por no tener acceso a mí. Elegí estar sola en esto. Hasta que no pude más. Él siempre me decía que yo me creía una princesa, que siempre me habían hecho creer que lo mereceía todo. Que me habían prestado demasiada antención. Y que yo y mis "amiguitos" jugábamos a ser un ejército. Un ejército que yo paralizaba en su contra. A él le gustaba reirse de mí. Decirme que yo lo había tenido todo, pero que sin él no era nada, por tanto, él tenía todo el poder sobre mí, y sobre todo lo que yo tenía, sabía, o podía hacer.
En fin... no sé si he llegado a contar algo coherente.... de momento, en una de esas noches, me ha hecho bien escribir un poco.
Sólo quiero que alguien me ayude a gritar.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Estoy bien, mucho mejor que hace unos días…
Ya sé que he preocupado a alguien, así que os cuento algo: He huido muchas veces ya, de él y de todo lo que él supone, de todo lo que me recuerde a él y de todo lo que me da miedo. Traté de alejarme, de enterrarlo, de ocultarme yo y de ocultar lo que me había pasado debajo de kilómetros, amigos y silencio. Pero llegado el momento, tuve que volver, me di cuenta de que no puedo huir eternamente, de que no puedo callar eternamente. Así que ahora estoy en mi cuidad, o mejor dicho, en la que fue mi cuidad durante 11 años. Donde está él. Ha intentado verme, seguirme, y el otro día me agredió, pasé unos días muy asustada. Pero después me vine arriba de nuevo. Me resisto a creer que esto no vaya a acabar nunca... He venido aquí a recuperar mi vida, mi autocontrol, mi fuerza y mi capacidad de decisión. Así que Intenté quedar con él para hablar, pero me dejó plantada. Cuando estábamos juntos lo hacía muchas veces, no sé por qué… tardaba en aparecer, o no llegaba a venir, apagaba el móvil, no contestaba el teléfono, o contestaba para decirme que estaba en casa, que se había olvidado. Que se había olvidado de mí. A mí me dolía, pero no era capaz de decir nada, de enfadarme, de reprocharle nada… a veces todavía tengo miedo de que fuera mejor así. Es decir, tengo un carácter muy fuerte, un mal pronto, como se suele decir. Así que he llegado a sentir que era mejor cuando estaba "domada". A él no podía contestarle, ni levantarle la voz, ni era exigente, ni gritona, ni me enfadaba, ni podía reprocharle nada. A veces me gustaría poder ser así con mi novio (sí tengo novio, o algo así, es una larga historia). Él es un ángel, y a veces me da por pensar en que si con él me porto así, y sin embargo con mi ex me "portaba bien", a lo mejor es porque merezco o necesito que me traten mal para ser una "buena chica". ¿Para respetar a mi pareja, necesito temerle? …Ya sé que esto no es así, pero a veces me viene el pensamiento a la cabeza. Comprendo que no es cierto, pero eso no hace que pueda dejar de pensar en ello, de tener miedo de que sea la verdad…
Mª Antonia dice que tengo un carácter bastante insoportable, y creo que tiene razón.
Él también me lo decía. Que era una fiera, que por eso le excitaba domarme. Les decía a sus amigos que yo era una puta, que me gustaba que me tratasen mal. Me hacía sentir culpable por tener un carácter tan difícil, le pedía perdón por exigir tanto cuando en realidad yo no estaba exigiendo nada. Y él contestaba que era mi tabla de salvación…
Perdonadme, estoy algo cansada, llevo varios días enferma y no soy capaz de hacer mucho.

lunes, 25 de agosto de 2008

Otra vez el vacío, otra vez sin palabras, otra vez...

Mi corazón duele, físicamente: sangra y duele. Como mi nuca, mi cuello, mi espalda… fuerzo los músculos una y otra vez para notarlo. Las heridas, el dolor… Si alguna vez has dejado de sentir, sabrás a qué me refiero con dar gracias por el dolor, con querer respirar el dolor, lamer el dolor, abrazar el dolor…

Por lo menos lo tengo, lo he vuelto a encontrar, lo he vuelto a sentir.
Mi dolor, mi desprecio… mi lugar.


PD: Gracias, Ame... Gracias, Viki...

martes, 19 de agosto de 2008

Me ha pegado. No es muy habitual, supongo que soy algo afortunada por eso. No es, no era, demasiado violento conmigo, al menos no me pegaba palizas todo el tiempo. Me tiró del pelo, hasta hacerme arrodillarme, me obligó a decir muchas cosas. No sé por qué lo hace, pero está obsesionado con que yo misma diga o "reconozca", como dice él, cosas como que soy sólo su perra, su esclava… quiere que diga que soy una puta. Puede que lo sea, no sé, muchas veces siento que merezco un castigo y no sé por qué. Estando desnuda y arrodillada, o te conciencias de que eres sólo una esclava, o tu infierno es todavía peor.
Me pegó en los pechos, mucho, hasta que se cansó. Si voy vestida no se nota, pero están intocables, hinchados, llenos de moretones… él dice que así estaré más guapa, que tengo muy poco pecho, y que si se hincha, no me vendrá nada mal. Duelen mucho, sobre todo cuando él los muerde o manosea… pero sé que no es grave. Lo que me preocupa es el oído. Sangró mucho, bueno… mucho teniendo en cuenta que es sólo un oído. No me asusta la sangre, ni me impresiona, voy a ser médico así que sería absurdo si me intimidara un poco de sangre; pero pocas veces me hace sangrar, así que me preocupé. Tengo muy buen oído, con el canal muy estrecho… supongo que aunque me quede sin audición en el derecho, tendré una capacidad auditiva no muy inferior a la normal. Un amigo me dijo que me fuera a casa, pero María Antonia, mi amiga la "yonuncapermitiríaalgoasí,mequierodemasiadoparaeso" está en mi casa, ayer dormimos juntas. Ella sabe todo esto, pero me dijo "a mí no te me pongas estúpida sólo porque estás histérica". Me molestó. Estuve a punto de tirarle algo a la cabeza.
Lo que estoy es cansada, demasiado cansada. Ayer me dijeron que yo exijo a las personas de mi alrededor el mismo nivel de competencia que considero que yo tengo, como mínimo, pero que de lo que no me daba cuenta es de que yo ya no tenía ese nivel de competencia, de que yo ya no valgo ni una cuarta parte de lo que valía, de lo que fui.
Y tenía razón.
Sabes, Ad…. Creo que me compraré ese spray de pimienta.

miércoles, 13 de agosto de 2008

(…) Te imaginas que alguien durante meses se dedique a intentar crearte un complejo con tu peso? que se burle, te insulte y te humille en público y en privado cuando tu peso no es excesivo ni excesivamente bajo? te imaginas que ese peso vaya aumentando porque esa misma persona te obligue comer y comer hasta sentirte indispuesta? que no te deje beber agua o hacer deporte cuando quieras?
te imaginas pasarte un par de semanas haciendo ayuno para intentar adelgazar desesperadamente porque vas a encontrarte con tu pareja?
y te imaginas que, cuando te encuentres con esa pareja, se ría de ti , le diga a una amiga que cuánto ha adelgazado, para añadir inmediatamente después que todos los kilos que ella ha perdido pareces haberlos "encontrado" tú??
Y después las risas, como siempre...
Y yo… la culpa es mía, no sé aguantar una broma, me enfado por nada, soy una borde, soy insoportable, paranoica, celosa… absurda por sentirme dolida, con "todo lo que él me respeta"…
Y sí, vale, en eso estamos todos de acuerdo: Puede que yo sea demasiado susceptible,
pero estoy agotada...

miércoles, 6 de agosto de 2008

Esta entrada tiene un contenido un poco fuerte, así que imitando a Nel.la, aconsejo que si eres una persona muy sensible, te abstengas de leerla.
Siempre me dejaba esperando. Esperando durante horas. Algunas veces sencillamente no venía, otras llegaba muy muy tarde, otras venía, me follaba, y se marchaba, aunque yo le suplicase que se quedara. Le gustaba hacérmelo sin verme la cara, conmigo a cuatro patas, o inclinada, de espaldas a él, así podía utilizar lo que él quisiera en cualquier momento, podía penetrarme analmente sin previo aviso… y hacer que me retorciera de dolor. Normalmente después de acostarme con él, yo quedaba muy dolorida. Sobre todo por el sexo anal. Estaba muy bien dotado, y le gustaba hacerlo con violencia. Me produjo desgarros y heridas muchas veces. Me dolía, me dolía mucho, y se lo decía, lo que parecía que le encendía más aún. Él sabía que yo después no podía casi andar, pero decía que le gustaba mucho más darme por detrás que cualquier otra cosa. Eyaculaba dentro y no me dejaba limpiarme, me obligaba a pasear con él por el centro comercial, a pesar del dolor, la suciedad y la vergüenza. Yo intentaba disfrutar, dado que en esos momentos estaba divertido, cariñoso, dulce y atento conmigo, pero me sentía enormemente sucia, me miraba en el espejo y no me reconocía. Mentiría si dijese que nunca disfruté con él. A mí me daba muchísima vergüenza, porque no podía controlarlo, sabía manejarme absolutamente, sabía qué hacer para tenerme suplicándole que me follara, o para hacerme terminar una y otra vez. Yo me sentía fatal… una puta, tal y como él me decía y me hacía decir a mí. Casi nunca utilizábamos la cama. Le gustaba hacérmelo de pie, y en cualquier parte… en un garage, en un probador, en el baño… nisiquiera sé por qué estoy hablando de esto. Ayer me acordé… recordé cómo me sentía y me dieron ganas de ducharme con agua hirviendo… de arrancarme la piel… Una vez empezó a manosearme el trasero. Se reía de mí, me decía que lo tenía muy estrecho, e intentaba "abrírmelo" con los dedos. Forzó tanto el ano que acabé haciéndomelo encima, y le manché la mano. Me miró con una cara de asco que nunca olvidaré, me obligó a limpiarlo con mis manos, me escupió, me azotó y después de hacerme un enema, me dio por detrás con más violencia que nunca mientras me insultaba y me decía que debería darle las gracias por limpiarme, y por volver a tocarme con el asco que yo daba. La cosa estaba ya muy muy avanzada. Yo no era nadie, nisiquiera utilizábamos mi nombre, ninguno de los dos. Yo no existía, era su puta, su sirvienta, o su perra, en el mejor de los casos, yo ya no me sentía una persona. No era nadie… no era nada. Vivía anhelando los momentos de cariño que él me daba, huyendo del resto de la gente porque me daba asco a mí misma, y porque me daba miedo que descubrieran que era sólo un animal, que no merecía nada. Cuando él me abrazaba, yo conseguía sentirme bien… En ese momento estaba ya tan anulada, que cuando me dijo que debería darle las gracias por tocarme, se las dí… una y otra y otra vez, en todos los tonos, de todas las formas… hasta que me dio una torta. Tardé dos horas en calmarme, me arañé los brazos y la cara, me daba cabezazos contra la pared y habría seguido de no ser porque él me paró, me abrazó, me acarició el pelo y me hablo al oido despacito, con palabras dulces y cosas bonitas, hasta que me calmé. Me había dado un ataque de histeria.

viernes, 1 de agosto de 2008

El otro día hablé con Clara, la llamé por teléfono. Ya sé que soy tonta, que no debería haberlo hecho y que es absurdo pedirle ningún tipo de consideración, oportunidad o nada parecido, teniendo en cuenta lo mal que lo ha pasado.
Una de las cosas que más me dolió fue que me dijera que "de todo se sale con un poco de fuerza de voluntad, si uno quiere", a lo que no me pude contener y le contesté que a cuántas mujeres en mi situación conoce. Con su soberbia habitual me dijo que a ninguna y que no tiene por qué conocerlas, ni entenderlas, porque no va a ser psiquiatra.
Después de decirme que no hay nada que merezca otra oportunidad, ni en mí, ni en nuestra amistad; que no cree que me haya curado, que no cree que no vaya a volverla a traicionar, pero que aunque lo creyera, no le merece la pena intentarlo; me dijo, básicamente, que no le interesa, que ojalá me ponga bien, pero que la olvide para siempre, que le incomoda mi presencia y que no quiere escucharme, saber de mí, o hablar conmigo. Dice que no confiaría en mí nunca, y que por lo tanto al hablar conmigo cuestionaría si cada palabra que digo es mentira, lo que le conllevaría un esfuerzo y un cansancio psicológico que no está dispuesta a afrontar. No quiere arriesgarse a que la vuelva a traicionar, y ni aún en el caso de que eso no fuera a ocurrir, le merecería la pena intentarlo siquiera.
Yo entiendo su postura, aunque mentiría si dijese que no tenía algunas esperanzas al respecto. Una de las primeras cosas que dijo fue "Soy una persona adulta, y lo he superado". Han pasado 2 años. No sé si lo ha superado o no. Lo que ella intenta hacerme ver es que no es que no hable conmigo por rencor, sino que no lo hace porque es su decisión no arriesgarse a tener ningún tipo de contacto con alguien que la traicionó una vez. Intenté explicarle que no pude hacerlo, que no pude decir la verdad por ella, pero tampoco por mí, por mi dignidad, por mi salud física o mental, o por mi familia. Le dije que llevaba dos años demostrándole a las personas a las que dañé que quiero curarme, y que algunas de esas personas recibieron daños más graves que lo suyos. Me contestó que no le hiciera chantaje emocional. Mi CI y el de ella son idénticos, mi ex me obligó a decirle que el mío era 20 puntos inferior. Ya sé que es una tontería, pero ello siempre se ha creido intelectual y moralmente superior a mí. Es la encarnación de una de mis frase preferidas, de "la seguridad del que no se ha puesto nunca a prueba". Ella se cree moralmente superior a mí porque yo era una dependiente emocional, porque no tenía gobierno ni sobre mi propio cuerpo, y porque dice que ella "nunca habría permitido que le hicieran eso" y que ella "nunca habría actuado como actúe yo en la misma situación". Ella habría dicho la verdad, se habría librado de él, habría sido fiel a sus principios y a las personas de su alrededor. Francamente, no sé si eso hubiera sido así o no, lo que yo sé es que es enormemente fácil decirlo, como siempre, desde fuera. Es enormemente fácil decir "yo en tu caso haría/habría hecho…" ya. Tú. En tu estado psicológico normal, en tu situación de estabilidad emocional, con nada a tus 19 años que haya hecho temblar tus principios, enfrentarte a ellos, o ver que la realidad y la superviviencia no nos permiten ser siempre lo idealistas y éticamente óptimos que queremos ser… TÚ. En MI caso... Perfecto…

Esto es agotador. Ya sé que fui estúpida, ya sé que me dejé degradar. Ya sé que por muy gráfica que sea, siempre será mucho más fácil condenarme o estigmatizarme que intentar entender algo que no habéis vivido. Ya sé que fui, por su culpa, tonta, inmoral, mentirosa, ladrona, puta, torpe, tonta, gorda, anoréxica, fea, anormal, inútil, falsa… YA LO SÉ. No necesito que ninguna mujer más venga a decirme "yo jamás habría permitido…" Ya, claro. Yo también decía lo mismo. No necesito que ninguna mujer más venga a decirme lo moral e intelectualmente fuerte que es, porque yo también lo era. No necesito que nadie más me diga "Tú no pudiste, porque debes ser tonta, boba, sumisa, débil o gilipollas, pero YO sí podría." Porque es eso, exactamente eso lo que me dicen cuando escupen la maldita frase "Yo no permitiría, yo no haría, yo diría, yo habría hecho, yo habría dicho…." O peor aún, la estelar "Yo me quiero demasiado como para permitir eso"…

Vale. De verdad: vale. Espero de todo corazón que jamás te encuentres en una situación en la que tengas que ponerlo en práctica, espero que para ti, todo esto se quede en la dulce parte teórica, donde todos somos nobles, valerosos, sinceros y perfectos. Ah, y guapos, claro.

PD: Siento lo rabioso e impotente de la entrada. No es por vosotras, princesas. Vosotras me hacéis sonreír. No habéis intentado juzgarme, sino apoyarme. Por ejemplo, el otro día le mandé a Viki un e-mail en el que fui más sincera que en los últimos años de mi vida, y su contestación fue como un abrazo… de esos que vienen cuando más los necesitas. Simplemente, esto es algo que necesitaba decir.

martes, 29 de julio de 2008

Hola, chicas (sólo me comentan chicas :P, no sé por qué, ni tenía especial interés en que así fuera, pero no me disgusta, xD, más bien al contrario! ^^)
Necesito vuestra opinión:

"Y tanto que si, chiquita... ha estado bien escrito, muy sensual, retrasando el estallido sexual sin prisas, disfrutando del ambiente, la música, el alcohol y las caricias furtivas. Escribes bastante bien, me has encendido un poco... las mejillas se han enrojecido, los ojos me deben brillar como si se reflejasen en los tuyos, y otros fenómenos fisiológicos que dejo a tu fascinante imaginación. Gracias por este mini relato, aunque de hecho le falta un final, no? Quizás esta noche, o bien a menudo, nos regalarás el resto y sabremos más de tus fantasías. Cómo dijo alguien muy sabio, "no se una historia de veras si no termina". O quizás ésta es la parte inescribible de la historia, la que por mucho que se pudiera repetir a la perfección esta fantasía, nunca desearías dos veces por igual. ****, escritor aficionado."

Qué opináis? Es coqueteo? Es normal? Si el novio de una chica le escribiera esto a otra chica sobre un relato erótico, su novia tendría derecho a molestarse? O es algo inocente?

Por favor, os necesito.
Besitos!

jueves, 24 de julio de 2008

" (...) oh, vaya, gracias, gracias por subestimarme de nuevo como sueles hacer... que piensas? que por alguna extraña razon no me importas? o sin ser tan extremistas, porque piensas que me importas menos que ana o clara?. y al contrario, tambien piensas q t subestimo como habitualmente haces? a br, niñata, se que eres capaz d muchas mas cosas d lo que la gente cree [los menores tambien se enteran d las cosas, como parece :P], pero aun asi, a pesar d los conocimientos que tengas, no sabes hacer nada, mira, si, se que eres mi amiga, antes que una a la que me tiro. Desde luego,yo nunca lo pretendí, pero es así. De verdad lamento estar haciendote daño, y tampoco querria hacerte mas daño, de verdad. de nuevo digo q siento haberme ido tan rapido ayer, pero no awantaba mas tiempo hablando contigo, no puedo aguantarte más, lo siento.
cn respecto a clara, estubimos aproximadamente dos horas hablando por telefono(no te sientas mal, es que no se puede comparar, ella es mucho mejor que tú), con explicacion de la situacion, lloros por su parte y frialdad por la mia. no se
que te ha contado si sq te ha contado algo, supongo qsi, pero si estube tan sumamente frio y seco, lo siento realmente, pero me negaba a llorar tambien(y no por el cliché de q los hombres no lloran, sabes que no me considero un hombre).
por otra parte, ella dice que me necesita, y yo tambien la necesito, pero no puedo estar haciendole esto(se me ven las intenciones verdad?), se que es injusto por mi parte haber "elejido" a ana, y quizas cambie de opinion durante mi "retiro"(?) pero no puedo volver con ella, no mientras este con otra persona...
cierta idea esta surgiendo junto con el miedo en tu cabeza verdad? si... es asi, niña, lo siento, de verdad, realmente no se que grado de dependencia has desarrollado por mi... pero me da igual, tal y como he dicho de clara, no puedo seguir contigo, no, no puedo estar jugando con 3 personas, por mucho que tu seas tan tonta de saberlo todo al respecto de este tema y aceptarlo. simplemente no puedo, lo siento, lo siento de todo corazon. repito de nuevo, que quizas durante mi "retiro" cambie de opinion y vuelva a ser el puton de hace tiempo, y me gusten las perritas falderas, no lo se, pero preferiria un cambio a mejor, xq esa situacion de una si y otra tambien, y encima sin pararme a mirar si son tan débiles o inútiles como tú... no quiero ser así. y te preguntaras, porque ana? porque es mejor que tu? porque esta en madrid? porque esta en mi facultad? en absoluto, ya que si fuese asi quizas stuviera haciendo poyadas, xq ella dice q quiere irse a otra carrera o ponerse a trabajar n serio y ntonces quizas no nos viesemos demasiado verdad? es un futuro alternativo como cualquier otro, pero es posible. de nuevo, porque ella? es una eleccion que llevo planteandome mucho tiempo, y te parecera injusto quizas, = que le pareceria a ella si te elijera a ti o a clara. nada es justo desde un determinado punto de vista, sobretodo cuando la injusticia nos pilla a nosotros verdad? ella es inteligente, y guapa, y no es dependiente ni me agobia, es completamente opuesta a ti y no quiero perderla. lo siento, no puedo hacer otra cosa. respecto a los 6 parrafos anteriores, es todo teoria, y quizas decida otra cosa, no lo se. pero lo que es un hecho es mi encaparazonamiento, no quiero saber nada de ti, ni de nadie, bueno puede que de ana… y respecto a ese tema, a ana... no quiero hacerla daño... os lo he hecho a vosotras y ya me habeis jodido bastante como para hacerselo a ella tambien... así que intentare... mejorar la técnica como quien dice, para decírselo, y que lo comprenda, sin daños colaterales. por cierto, llama a clara, buscala, esta muy mal, asi que ve a consolarla.
de nuevo, lo siento, de verdad. "

Este e-mail es uno de los más sutiles que tengo, él desapareció durante dos meses porque dijo que no me soportaba más (nos lo dijo justo en exámenes finales). y me mandó este e-mail para contármelo. Una de nosotras le estaba esperando, y le quería. Se llamaba Clara, y él le hizo mucho daño. Ella es una de las mejores personas que he conocido nunca. Me alimentaba intelectualmente muchísimo. Y yo no fui tan valiente como para decirle la verdad. No podía. Yo vivía, pensaba y sentía por medio de él, no era capaz siquiera de ir al baño si él no me daba permiso. Dejó a Clara y a Ana, y a mí, que era la que menos importaba todo el tiempo. Después de los dos meses volvió, y alguien le dijo toda la verdad a Clara. Bueno, una verdad en la que yo era una puta sin escrúpulos a la que le gustaba el sexo con cualquiera, y ser infiel, una verdad en la que yo era cómplice de él. Clara ya sospechaba de nuestra relación, mi actitud con él no era normal, me dominaba completamente, y por un espisodio concreto que ya contaré, ella sabía que yo dependía de él y me había acostado con él. Cuando esa "verdad" llegó a Clara, la perdí. Era mi mejor amiga... y se fue, creyó lo que le dijeron de mí, y pagué todas mis mentiras. No quiso saber nada más de mí. Le conté algo de mi situación, pero creo que no me creyó. Él le hizo mucho daño, y yo podría haberlo evitado, con lo cual la culpable era yo. Clara llamó a Ana y se lo contó todo. Todo el mundo me dio la espalda, me juzgaron, me insultaron... con toda la razón del mundo. Ana le dejó, Clara le dejó, y él me echó la culpa a mí. Después de volver de su periodo de "voy a madurar y a dejar de jugar con las mujeres" se acostó conmigo varias veces, y empezó a salir con otra de mis mejores amigas, me obligó a pasar el verano con ellos, a ir con ellos a todas partes, para pagar, o para dejar que se acostaran en mi habitación o en el salón de mi casa. Una vez estábamos viendo una película en la sala de estar, y empezaron a meterse mano, cuando se calentaron demasiado, ella me echó del salón para poder acostarse con él. Él se reía, en esos días, se reía todo el tiempo. Y yo pasaba horas en la habitación de al lado de la mía con el mp3 a todo volúmen para no escucharles. No podía comer, ni dormir, me dolía todo el cuerpo, mientras veía cómo a ella la trataba como a una reina. Y cuando ella se iba a casa, venía a darme por detrás, literalmente. Me decía que no fuera tonta, ni celosa, y me hacía suplicarle que me penetrara por delante. y me lo negaba, la mayoría de las veces. Decía que ella era mejor en la cama que yo y que el coño de ella le gustaba. Uno de los últimos días, me desmayé mientras nadaba en el mar, casi me ahogo... por fortuna faltaba muy poco para que le perdiera de vista.

He decidido contar esto por lo del mar... me he acordado al leer una entrada de ForgivenPrincess. Por cierto, siento las faltas de ortografía del fragmento de e-mail, no he querido modificarlas, ni tocar nada, necesito que me digáis si es cierto que en ese e-mail parece un novio normal.

Mi visión de la realidad no es normal, y lo sé... lo cual no deja de tener su punto, supongo.

Un beso.

martes, 15 de julio de 2008

- Pero si él nunca sería capaz de maltratarme. Nunca me pondría la mano encima. Además yo no lo aguantaría, me iría de inmediato.

Aquella tarde, en esa finísima cafetería de ese carísimo barrio. Yo escuchaba salir estas palabras de la boca de una de mis mejores amigas, mientras pensaba: Ya claro, te trata como si fueras una niña torpe y no te has ido; se gasta en caprichos para él, delante de tus narices, el dinero de la comida, el piso, el gas, la luz… y no te has ido. Te desprecia constantemente delante de todo el mundo y no te has ido. Te ha acabado haciendo creer que tiene razón y que es todo culpa tuya porque lo haces todo mal y no te has ido. Te amenaza y te insulta constantemente y no te has ido. Se burla de ti, de tu trabajo, de tu manera de pensar, de tu cuerpo y de las cosas que son importantes para ti y no te has ido. Te ha enseñado que tu opinión no es válida, y que nadie tiene por qué darte lo que tú pides o necesitas; y no te has ido. Te miente descaradamente, incluso en temas de fidelidad, y no te has ido. Te ignora a menos que necesite algo de ti, pero te exige que estés siempre a su disponibilidad, y no te has ido.
Pero claro, tú eres fuerte, tienes las cosas claras. Consideras que tú jamás caerías en ser una maltrata, porque al fin y al cabo, seguro que si algún día te levanta la mano, sí que te irías. Te irías de inmediato, verdad?

"Me gusta la gente que afirma sobre sí misma verdades absolutas. Es muy gracioso observar la seguridad del que no se ha puesto nunca a prueba."
Eikasía

miércoles, 9 de julio de 2008

- Me iré contigo, haré lo que tú quieras... pero por favor, no me grites, no me trates así.
- No lo entiendes, niña? Ni quiero ni puedo tenerte conmigo.
-Haré lo que tú quieras, de verdad, si quieres que esté contigo y con ella lo haré... pero no me dejes sola, por favor.
- Tú me has convertido en esto, tú me has convertido en un enfermo, y ya no siento nada.
- Ya no me quieres?
- No. No te quiero, quiero que te calles, quiero que te vayas.
- Lo siento...
- Tú no sientes nada, tú me has destrozado. Cuándo te he pedido yo que te humilles así? Por qué te has desnudado? Por qué dices que quieres ser mi sirvienta? Yo nunca he querido eso de ti... estás enferma.
- Tengo sangre...
- Qué has hecho, estúpida? Joder, me pones enfermo, yo no quiero eso, no te he pedido eso!! Haces que se me revuelvan las tripas.
- No te vayas,por favor... Me siento muy mal
- Y a mí qué? No me importa. No me importa nada que tenga que ver contigo. No quiero que vengas, no quiero verte y no te quiero. Sólo sabes humillarte y hacerte daño. Me pones enfermo.

Derrepente, mi sesión de messenger se desconecta, intento volver a conectarme varias veces pero me da contraseña incorrecta. Me da miedo... se enfadará, se nfadará ma´s conmigo si piensa que me he ido sin su permiso... corro, lloro, me araño, vomito, tecleo... uno y otra vez, de manera histérica, de manera enfermiza. Necesito volver a conectarme, necesito volver con él... Un rato después se me ocurre entrar desde otra cuenta de correo...

- Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, soy una inútil, me caí yno pude reiniciar, soy estúpida... lo siento, lo siento, lo siento...
- Cállate. Dime, humillarte te ha funcionado alguna vez? Por qué piensas que va a funcionarte ahora?
- Lo siento...
- Que te calles, niña. Además, no es culpa tuya.
- N.. No??
- No, fui yo. Yo cambié tu contraseña.
- P... Por... por qué, mi amor?
- No soy tu amor. Y la cambié... no sé, por molestar.
-...
- No quieres saber cuál es la nueva?
- Sí, sí, claro. Dímela, por favor.
- nomerezconada1988.
-...
-No me dices nada? Vamos, tecléala, tecléala cada vez que inicies sesión, será divertido.

Parece una estupidez, verdad? Parece una peleilla supongo, o algo así... cosas de parejas. No sé, nisiquiera para él fue tan grave. Cómo vais a saberlo vosotros, entonces?
No sé... puede que sí que fuera una tontería, pero para mí, fue una de las peores noches de mi vida.

lunes, 30 de junio de 2008

Yo tenía una salud de hierro, nunca tuve problemas de ningún tipo, ni era histérica o depresiva... de hecho me gustaba mucho mi forma de ser... Hasta que llegó él. Creo que fui bastante estúpida, pues ni siquiera estaba enamorada, ni me atraía especialmente... y además era ex-novio de una amiga mía... Lo tenía todo en contra, pero por aquel entonces yo me creía en posesión de la verdad del universo. Nunca juzgué a los demás, pero sí creía saberlo todo, creía estar jugando a algo que podía controlar, creía ser fuerte, creía que eso no me psaría a mí. A mí no, ni eso, ni nada. Creía que era invencible.

- Por favor, ven
- ...
- Estoy enferma...
- Y yo ocupado. Además... cómo sé que no es uno de tus dramas? ... aay, si supiera la gente cuánto he tenido que cuidarte por tus hipocondrías.
- Amor, estoy en el hospital, me desmayé por la calle... y me trajeron aquí.
- Es verdad? Me lo juras por la poca decencia que tienes?
-...
- Dilo... Dilo, o no voy.
- Te... te lo juro, te lo juro por la poca decencia que tengo.
- Vale, nena. Ves? Si no fueras tan histérica y tan mentirosa yo no tendría que hacer estas cosas... lo sabes, verdad?
- Sí...
- Vale, ya voy, dónde estás exactamente?
(...)

Después de 5 horas, aún no había venido, me habían dado unos calmantes muy fuertes porque me dio una crisis nerviosa cuando vino la psicóloga, y por furtuna no tuve que estar mirando el reloj minuto tras minuto durante los 300 que habían pasado. Le volví a llamar.

- Amor, dónde estás?
- Aquí al lado, fui, pero no estabas.

Si me hubiera dicho que estaba dormida, le habría creido, pero esa mentira era demasiado absurda, yo no me había movido!

- No, amor, yo no he ido a ninguna parte, y me ha dicho la enfermera que no ha venido nadie. No te habrás equivocado de habitación?
- No. Qué te crees, que soy tan torpe cómo tú?
- No, no mi vida, no quería decir eso...
- Tú qué sabrás? Mira no he ido, no me venía bien. Punto. No puedes venir intentando que descoloque mi vida por ti.
- Lo siento... tenías algo importante?
- Sí, había quedado con Ana, a las 8 ( eran las 6, yo le llevaba esperando desde la una)
- Pero te habría dado tiempo a venir...
- Ya claro, y llegar donde ella hecho un cerdo, o tarde. No pienso hacer esperar a Ana por una de tus gilipolleces.
- Ven... ven por favor, te necesito...
- Venga, no puedes llamar a otra persona? Te he dicho que estoy ocupado.
- Amor, por favor... yo te he elegido a ti, eres mi pareja, te necesito a ti.
- Me agobias, me agobia tanta debilidad.
- Por favor, mi vida, te lo ruego, estoy muy nerviosa... ven conmigo, por favor!
- Que he quedado, qué parte no entiendes? Tú estás bien, no? Te dio el desmayo ese, pero puedes tranquilizarte, seguro que es una cosa de tus nervios, que están destrozados de tanta histeria. Pero no es nada más que eso. Yo te quiero, pero sabes que lo tuyo no es nada importante, y yo tengo un compromiso, lo entiendes, verdad?
- Pero...
- Mi amor, yo siempre cuido de ti. Soy el único que puede aguantarte, con todas tus enfermedades y debilidades. Además, yo no te lo pedí. Me elegiste, como tú dices. Y ya sabías que tenía otros compromisos.
- Eso lo sé, mi vida... pero es que estoy muy nerviosa. Estoy en el hospital...
- Deja de lloriquear, yo siempre te he cuidado, soy tu tabla de salvación, recuerdas? Mira, ya estoy listo, así que si quieres puedo quedarme hablando contigo, puedo quedarme aquí contigo una vez más, tenemos casi una hora hasta que tenga que irme. Quieres?
- Sí, sí, sí!! Quédate conmigo, por favor!
- Vale, pero sólo ese rato, eh, después no empieces otra vez.
- No te preocupes, mi amor. Gracias! Gracias, gracias, mi vida, muchas gracias...

Y otra vez. Una vez más, la niña, la muñeca manipulable que algún día creyó que era invencible, volvió a conformarse con migajas. Con menos, mucho menos, de lo que merecería cualquier mujer.

PD: Muchas gracias por el premio, ForgivenPrincess. Haré el post, prometido ;)

miércoles, 25 de junio de 2008

- Hola mi amor!

Me mira como si fuera la mujer más cruel del universo, me mira como si fuera la mujer más despreciable del universo. Me mira con odio.

- Hola Perra.

Mierda... No, no, no, no..., no, por favor...

- He hecho algo mal, mi vida?

(Silencio)

Pasan 10, 15, 20, 30 minutos... en silencio, ni me mira, me ignora... no puedo moverme, no puedo pensar... no puedo dejar de temblar, no sé qué ha pasado, pero sé que me queda muy poco tiempo antes de que se le acabe la paciencia. Aaaaaaaaah, cómo puedo ser tan estúpida! Tengo que haber olvidado algo, tengo que haber hecho algo mal...

Sí, seguro, seguro que he hecho algo mal... seguro, pero qué? he llegado pronto, me levanté a las 5, cociné lo que le gusta, le hice la felación que me ordenó antes de irme al trabajo. Y cuando estaba vestida y arreglada, me obligó a volver a la cama, eyaculó encima de mi ropa limpia... y no dije nada, no podía llegar tarde otra vez... ni siquiera repliqué, no tenía fuerzas para hacerlo... me quedé callada y asustada... y eso le dejó satisfecho... he salido del trabajo lo antes posible... no lo entiendo. Qué he hecho mal ahora?...
... no lo sé... no lo recuerdo, no puedo recordarlo...
no puedo recordar qué...
MIERDA!!! Ya lo...

- Ves, mi princesa? Así todo es más fácil. Por qué me obligas a ser correctivo contigo? Yo te amo... eres una reina, eres preciosa y nadie lo hace mejor que tú.-
Lo dice mientras me acaricia el pelo, la cabeza, el cuello... es tan dulce cuando quiere...
- Aaaaaay, si siempre te portarás así de bien. No sé cómo lo haces, pero siempre consigues que me enerve..., por qué lo haces? Bueno... da igual, ya no importa, princesa, sigue con eso... te he esperado para que comamos juntos, sabes? y he alquilado una peli, espero que no te duermas...

Tiene razón, qué fácil hubiera sido... qué susto tan tonto, si tan sólo me hubiera acordado desde el principio...

- Tienes razón, mi amor, lo sient...
-Ssssshhhh, no hables, y sigue...
Entonces sonrío y sigo como él me ordena. Me acarica y dejo de temblar. Él sonríe; y como la estúpida que soy, me siento una mujer torpe pero afortunada, mientras le practico al amor de mi vida la tercera mamada del día, nada más llegar del trabajo, como me ordenó.


Bonjour

Hola.Me llamo María, María Andrade. O al menos eso seré para vosotros. Me llamo María, y soy una mujer maltratada. Y hay que confesarlo como quien confiesa una adicción, una psicopatía, algo que es enfermedad voluntaria. Algo que da tanta vergüenza como el peor de los delitos. Si no por qué me costaría tanto decir la siguiente frase: Me llamo María, soy una mujer maltratada, y os voy a contar mi historia. Antes tenía talento para escribir, y para algunas cosas más, hoy no creo que tenga talento para nada. Lo que sí creo tener es derecho a olvidar, derecho a compartir, derecho a hablar y a callar cuando a mí me de la gana, y derecho a curarme, derecho a no encogerme de miedo cuando un amigo venga darme un abrazo, derecho a no tener reacciones, pensamiento y sensaciones humillantes cada día. Mi realidad es difusa, no hablo del presente, pero tampoco de algo que se ha terminado de ir, no hablo de quien ha intentado curarme, ni de alguien concreto que hizo que yo necesitara cura. Fantasía, miedo, imaginación retorcida y traumatizada, se mezclan con realidad, delirio, sueño y verdad en esta ventanita negra que le abro a mi sufrimiento. Sólo necesito contarlo, hablaro, relatar los detalles más escabrosos de todo esto, porque quiero expiarlo, como si de culpa mía se tratara. El intentar enterrar y seguir no vale, no funciona, así que voy a sacarlo todo. Puede que consideres de mal gusto que sea tan explícita, tan gráfica; puede que me juzgues y me condenes como tanto se sabe hacer... pero sabes qué? Que me da igual... ya estoy preparada para todo. Sólo permito que me juzgue quien haya sentido la desolación, el miedo, la humillación y la anulación que forman parte de mí. Y prefiero que media red me condene por estúpida y sumisa, a seguir guardando todo esto dentro. A seguir dejando que alguien me convenza de que a lo único que tengo yo derecho es a callar.